EL RABO DE STATUS SOCIAL Y PRESTIGIO

Tener rabo es un símbolo de status social y prestigio. Los césares, los reyes, los emperadores, los zares, los dictadores, los caciques, los militares y gentes de la represión, los papas, cardenales y obispos, blancos o negros, todos tienen o tenían rabo.

La Historia nos les presenta a todos ellos con gran valor gracias a su rabo. Y es cierto. Aunque algunos se le metieran en su propio ojete para pasar desapercibidos. Cosa que no entiendo.

Hasta esas Academias de sabios literatos que, con su cuerpo, y gracias a su rabo, ilustraban a sus naciones como supieron, como decían con razón los aristotélicos, y hasta los tomistas consintieron.

Altos o bajos, gordos o flacos, estos rabos no eran del todo diferentes; pues, exactamente cada rabo de cada uno de ellos definía su osadía y concepto de la vida.

Al fin y al cabo, sus culos definidos según reglas hechas a su medida, manifestaban con sus pelos y señales lo que es el rabo para el pueblo. Gracias a Dios y a su rabo, la plebe, el pueblo, gritaba y grita sus nombres y victorias, sus crímenes y matanzas, con gran fuerza, resonante en pavorosos ecos.

Que el rabo es esencial para la guía de los pueblos es una verdad como un templo; y, en todas partes, viene a ser el mismo: un Rabo en la corcusilla del Culo, que a los niños hace gracia, y a los mayores infunde miedo.

-Daniel de Culla